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Extraordinary Genius 4


Regreso a casa





El oso siguió acercándose hacia Liu Jichuan a toda velocidad. Pero, en ese momento, como si fuese una obra del destino, el oso cayó en una de las trampas destinadas para este tipo de presas. El oso cayó al suelo, deteniendo su carrera en seco mientras gruñía de dolor.


Instantes después Liu Jichuan consiguió liberarse finalmente de la trampa que se envolvía en su pierna y rápidamente recogió el arma a su lado y la recargó, mientras retrocedía algunos pasos.


… Pero el oso aún no se iba a rendir.


¡Clank! - Sonó metálicamente.


Incluso forcejeando con la gran trampa, el oso aún trataba de alcanzar a Liu Jichuan. Por suerte la trampa estaba bien sujeta a una gruesa cadena de metal, con el otro extremo bien atado a un árbol. La longitud de la cadena no permitió que el oso alcanzase a Liu Jichuan.


Ahora que el oso estaba atrapado, no íbamos a desperdiciar el momento.


¡¡Bang!!¡¡Bang!!¡¡Bang!!


Se escucharon tres disparos consecutivos. Feng Yu, Dongjun y Liu Jichuan dispararon cada uno. El oso, debido a la corta distancia, no pudo esquivarlo. Los tres disparos golpearon al oso justo en la cabeza.


¡Plaf!


El oso cayó al suelo. En el suelo, trató de moverse unas cuantas veces. La sangre fluía lentamente por la nieve, manchando el impoluto blanco de un carmesí oscuro.


Liu Jichuan recargó su escopeta y se acercó lentamente al oso.


¡¡Bang!!


Disparó justo en su cabeza. El oso se retorció dos veces más, pero, unos instantes después, dejó de moverse.


Liu Jichuan lentamente se apoyó en el árbol más cercano mientras recargaba el rifle. Con las manos temblorosas, colocó su rifle a un lado, mientras sacaba su paquete de cigarrillos “Black Antilope” y encendía uno.


Feng Yu y Dongjun se acercaron también. Ésta vez, ambos agarraron uno.







Liu Jichuan: “Gracias.” - Dijo después de calmarse un poco, mientras se acababa el cigarrillo.


Dongjun: “Ja ja ja, deja de agradecernos. Hermano Chuan, ¡hemos cazado un oso! ¡Definitivamente podremos venderlo por mucho dinero!” Los ojos de Dongjun brillaron mientras pensaba en las miradas envidiosas que tendrán los demás aldeanos cuando les vean regresar al pueblo.


Feng Yu estaba sin palabras ante la actitud de Dongjun. Feng Yu vigilaba a Liu Jichuan. Él todavía mantenía cerca su arma de fuego, cargada. Feng Yu se apresuró a pensar en algo.


Feng Yu: “Hermano Chuan, Dongjun, hagamos un trato. Os compraré el oso a los dos. A cambio, os prestaré el tractor de cincuenta y cinco caballos de fuerza de mi familia para arar y sembrar.” De esta manera, podría borrar el resentimiento de Liu Jichuan hacia Dongjun, a la vez que obtenía algunas ganancias extra para futuras inversiones. Feng Yu ya estaba pensando a futuro.


No podía ganar mucho dinero con el tractor, pero habría muchos compradores interesados por éste oso en la ciudad.


Aunque ahora no era un buen momento para invertir, había una oportunidad fantástica por venir. Inicialmente, pensaba que habría tenido que perdérsela, pero ahora, no solo podía aprovechar la oportunidad, sino que su plan de inversión podía haberse adelantado varios años antes de su calendario inicial.


Al oír ésto, Liu Jichuan tomó la mano de Feng Yu con entusiasmo: “¿De verdad? ¿Estará de acuerdo tu padre con eso?"


Feng Yu: “Si le prometo a mi padre que definitivamente seré admitido en una escuela prestigiosa de la ciudad, él sin lugar a dudas estará de acuerdo. Dongjun, ¿y tú? ¿Aceptas?”


Dongjun, después de pensar por un rato dijo: “Está bien. A cambio tomaré aquel lince de antes y le diréis a todo el mundo que fui yo quien lo cazó. Además que fui yo quien golpeó primero al oso.” - Dijo orgullosamente.


Feng Yu: “Buena oferta. Rápido, hagamos un trineo y volvamos al pueblo. Este oso debe pesar entre 100 y 150kg; no será fácil traerlo de vuelta al pueblo. - Accedió rápidamente Feng Yu. No le interesaba jactarse demasiado.


Habiendo accedido todos, Liu Jichuan, algo más animado, fue a comprobar al oso de nuevo. El cuerpo del oso ya se había enfriado; estaba muerto con total seguridad. Liu Jichuan volvió a recoger al lince. Mientras, Feng Yu y Dongjun buscaron alrededor las ramas que parecían más robustas y utilizaron los sacos de tela para hacer un trineo simple. Definitivamente serían el centro de atención una vez regresaran al pueblo.







Tang Jing (Madre de Dongjun): “Viejo Wen, ¿por qué no ha vuelto Dongjun todavía? ¿Y si le ha pasado algo malo? - Se preguntó con ansiedad.


Viejo Wen: “Qué le va a pasar? Se ha llevado mi escopeta; debe estar cazando en el Dique de patos. Debería de volver en una media hora.


Mientras los dos hablaban, un vecino llegó corriendo a su casa: “¡Líder de la aldea, tu héroe está de vuelta!"


Tang Jing: “¿Eh? Viejo Zhao, ¿qué héroe?" - Preguntó, perdida.


Viejo Zhao: “El gran héroe de tu casa. - Rió.- Cuñada, tu hijo cazó una gran presa esta vez. ¿Sabes lo que ha atrapado? ¡Un oso! Un gran oso. Usó un trineo para traerlo. ¡Todos están como locos por ver de cerca al oso!" - Dijo el vecino con entusiasmo.



Wen Deguang y Tang Jing se miraron entre ellos con rostros conmocionados. Al instante, salieron de la casa a toda prisa sin siquiera cerrar la puerta.







Niño: “Hermano Jun, ¿de verdad le disparaste al lince y a a este oso? - Preguntó un niño de ocho años con curiosidad.


Dongjun: “Por supuesto. Si no fuera por mí, estas dos bestias habrían acabado por escaparse. Perseguí a este oso unos por unos cuantos kilómetros hasta que finalmente lo maté de un tiro. Bueno, Jichuan y Feng Yu también ayudaron un poco.


Dongjun se jactó por sexta vez delante de los niños. La primera versión fue que los tres lo habían cazado juntos, sin embargo su historia cambió poco a poco a él mismo haber sido el descubridor del oso y haberlo matado de unos pocos disparos. Cada vez que relataba la historia, su papel en la caza se hacía más y más importante.


Efectivamente, el niño lo miraba con estrellas en los ojos, totalmente impresionado.


Tanto Feng Yu como Liu Jichuan no expusieron las mentiras de Dongjun. Él había sido realmente valiente. Pero decir que persiguió al oso por unos cuantos kilómetros… nadie se lo creerá. Cualquier persona que haya ido a cazar sabrá que esa parte se la ha inventado.


Mientras Dongjun seguía jactándose de sus valerosas hazañas por novena vez, alguien repentinamente lo agarró por las orejas.


Dongjun: “Ouch, ouch, ouch… ¿Quién diablos…?" - Un escalofrío recorrió la espalda de Dongjun al ver las figuras. - ¿Mamá, papá? - Dijo temblando. Le había robado la escopeta a su padre. Lo más probable es que su padre lo golpee hasta la muerte más tarde cuando llegue a casa.


Sin embargo, la paliza valía la pena. ¿Quien más en este pueblo ha sido capaz de cazar un gran oso? ¡Tan solo Wen Dongjun, el mejor cazador!


Viejo Wen: “¡Trae tu trasero para aquí! El resto de vosotros, dejad de apilaros aquí; ya está anocheciendo. Apuraos hacia casa.” Wen Deguang, como líder del pueblo, tenía cierta autoridad y respeto. La multitud pronto se dispersó, excepto por las familias de Feng Yu, Wen Dongjun y Liu Jichuan.


Las tres familias ayudaron a llevar el cadáver del oso a la casa de Feng Yu, pues era la más cercana.







Liu Jichuan: “Tío Feng, Feng Yu prometió que durante la primavera, después de que hayas terminado de arar, podremos usar el tractor. A cambio, el oso le pertenecería a él y el lince sería para Dongjun. El líder de la aldea tiene menos tierras que arar, por lo que puede usar el tractor antes que nosotros. Nosotros podemos arar los últimos, pero necesitaremos el tractor por más tiempo.”


Todos los adultos miraron a Feng Yu. Él, al ver a su padre a punto de enfadarse, rápidamente se acercó a su oreja y le susurró algo.


Feng Xingtai miró a Feng Yu por un momento. Entonces, asintió hacia el padre de Liu Jichuan. “Hermano Liu, no hay problema. Líder, ¿qué te parece?”


Viejo Wen: “De acuerdo. Está arreglado entonces. Traeré este lince de vuelta primero. Ven a mi casa a tomar algo más tarde. Se está haciendo de noche, regresaremos primero.” Wen Deguang llevó al lince y se fue con su esposa y su hijo.


Liu Laosi y Feng Xingtai continuaron discutiendo sobre el tractor por un tiempo. Después de un rato, volvió satisfecho con su hijo. No esperaba que su propio hijo resolviera la mayor preocupación de la familia con un simple viaje de caza. El terreno baldío que la familia Liu quería cultivar tenía más de cien acres. Éste año su familia saldrá de la pobreza y el próximo año deberían de poder comprar un tractor de unos pocos caballos.







Después de que todos se fueran, Zhang Muhua comenzó a quejarse con Feng Xingtai. “Por qué escuchaste las tonterías de tu hijo? Piensa en cuánto podremos ganar con el tractor si aramos la tierra para los demás. ¿Qué haremos con este un oso ahora? ¿Comerlo?”


Feng Yu: “Mamá, qué pasa si puedo vender este oso en Ciudad Bing por 10.000 yuanes.” - Reveló entonces, confiadamente.


Zhang Muhua: “¿Por cuánto?” - Preguntó en una pérdida de palabras.


Feng Yu: “¡10.000! ¡El profesor Sun me lo dijo!” - Dijo con confianza.


Aunque no faltaba mucho tiempo hasta la reforma y apertura de China, todavía no habían muchos hogares que tuvieran 10.000 yuanes. Por ejemplo, la familia de Feng Yu era una de las pocas famílias con 10.000 yuanes en el bolsillo. En la ciudad sí que habían muchas más personas ricas, incluso había personas extranjeras.


Feng Yu les había dicho a sus padres que el oso valía 10.000 yuanes en efectivo. Aunque arar para otros con el tractor también se acababa por ganar la misma cantidad, era demasiado agotador. Además, solo se podía recolectar el dinero en otoño después de que se vendían los cultivos. Esta suma de dinero también podía generar intereses si se mantenía en el banco.


Zhang Muhua: “Hijo, eres tan inteligente. Deja que tu padre venda el oso en la ciudad mañana. También podrás comprarte un conjunto nuevo de ropa para ti y para tu hermana de camino.” Zhang Muhua sonrió alegremente cuando escuchó que el oso valía 10.000 yuanes. En comparación con prestar el tractor a otros, valía más la pena. Incluso si el oso tan solo valía 5.000 yuanes.


Feng Xingtai miró a su esposa. [ Mi hijo tiene todo el crédito mientras que yo solo tengo la culpa. ¿Quien es el jefe de familia ahora? ] - Suspiró.



Fin del prólogo






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